Retoño de la noche


Hace siglos, los demonios fueron al mundo de los mortales, mataron, vivieron y amaron durante mucho tiempo, pasadas unas décadas estos fueron expulsados de vuelta a su plano, dejando a su descendencia híbrida atrás, al principio muchos de estos híbridos parecían simples mortales, pero al madurar aparecían pequeños cambios en sus cuerpos, una tez mas roja y unas pupilas de colores extraños.

Cuando estos descendientes tuvieron su propia descendencia, aparecieron seres con apariencia mas demoníaca aun, con cuernos, alas vestigiales y cola, los cuales despertaron el rechazo de las otras razas, hacia la ahora llamados Semi-Demonios.

Esta historia es la de Yowana, una Semi-Demonio maldita por la Reina Oscura, señora suprema del plano fantasmal y diosa de la muerte. Sus padres la abandonaron en un templo al ver que su pelo emitía miasma negra, los sacerdotes al verla la entregaron a la secta de la Pluma, encargada de los rezos a la Reina Oscura y del cumplimiento de su voluntad.

Yowana al cumplir 3 años manifestó por primera vez un cuervo formado de la misma miasma que emitía su cabello. El pequeño no parecía ser peligroso e incluso cuidaba de la niña arropándola en las frías noches, así que las hermanas del Abismo lo vieron como otra muestra de la benevolencia de su diosa hacia la niña, volviéndola su instrumento entre los mortales.

Los años pasaron y, aunque la vida no fue fácil para ella debido a la miasma, Yowana se volvió una hermosa adolescente, que aun con sus extraños rasgos se consideraba atractiva, sus extraños rasgos solo la hacían ver más exótica y la miasma que emitía la hacían lucir como mística. A sus 16 años por fin logró oír la voz de la que las hermanas del Abismo le habían hablado durante tanto tiempo, la voz de la Reina Oscura:

-Hija mía... Ya has superado tu primera quincena, ya es hora de que te vuelvas mi voz y mi espada, y seras protegida por las sombras, ese es tu destino.

Al oírlo Yowana dejó caer unas lagrimas, pero no eran de alegría. (¿Continuará?)

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